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jueves, 13 de junio de 2013

HOY ... RECORDAMOS LA "LEY SCOUT"


1. El Scout ama a Dios y vive plenamente en su fe

Cuando decimos que prometemos amar a Dios no decimos que Él es el único destinatario de nuestro amor, sino que prometemos orientar nuestra vida por el amor: amor a los demás, a nuestra familia, a nuestros amigos, a las cosas creadas, a nuestro país. El amor lo es todo. El amor basta. Por eso el que ama crece como persona y se acerca más a Él.

2. El Scout es leal y digno de toda confianza

Una persona es digna de confianza cuando sus actos y sus palabras son coherentes con su vida interior. El hombre y la mujer en quien se puede confiar, dice lo que cree y cree lo que dice. Es una apertura interior que nos permite encontrarnos con la persona tal cual es.
Es la sinceridad, la franqueza, la autenticidad, la coherencia, la buena fe. Es el reverso de la hipocresía, la mentira, los dobles estándares, la inconsecuencia, la mala fe.

3. El Scout es generoso, cortés y solidario

Vivir en sociedad es más que coexistencia, es una invitación a convivir constructivamente entregando nuestro mejor esfuerzo para alcanzar nuestra felicidad y ayudar a los demás en la construcción de su propia felicidad.
En su nivel más modesto, la cortesía designa la gentileza de los modales, el respeto y la benevolencia hacia los demás. Los antiguos griegos veían en ella un sinónimo de humanidad, lo contrario de la barbarie.

4. El Scout es respetuoso y hermano de todos

El respeto es una virtud de apertura, de paciencia, de adaptabilidad. Virtud que está en las raíces del Movimiento Scout como espacio de encuentro de personas venidas de ámbitos muy diferentes, heredada del alma misma del fundador y que, por cierto, es practicable sin ir en desmedro de algún otro deber que la anteceda.
Por otro lado, ser respetuosos, servir a los demás y compartir con todos –ser hermano de todos- son, de alguna manera, caras de una misma moneda.¿Cómo podemos compartir con los demás sin que ese encuentro no nos lleve al servicio y a la entrega generosa?

5. El Scout defiende y valora a la familia

El scout construye su familia en el amor, que reconoce su dignidad y la del sexo complementario Reconoce el matrimonio y la familia como base de la sociedad, convirtiendo la suya en una comunidad de amor conyugal, filial y fraterno.
Es la familia, en este sentido, la que ayuda a sus miembros a interiorizar las influencias externas culturales y sociales. La familia ayuda a traducir lo relevante del contexto a considerar en algo significativo para el yo irrepetible de cada uno.


6. El Scout ama y defiende a la vida y a la naturaleza

La vida es un fenómeno extraordinario, sobrecogedor y único. La vida es el espacio y el tiempo de nuestros sueños, nuestras esperanzas, nuestras pasiones y nuestros esfuerzos. La vida es el comienzo de nuestra historia y nuestra.

Respetar y proteger la vida es proteger y potenciar al hombre, hombre y mujer, niño, joven, adulto y anciano, sin importar su origen, raza, credo, pensamiento político o condición social, reconociéndolos poseedores de una dignidad intrínseca y de unos derechos iguales e inalienables que permitan a todos los miembros de la familia humana vivir en libertad, justicia y paz. Historia es el encuentro con la vida.

7. El Scout sabe obedecer, actúa y elige con responsabilidad

Cuando un scout se compromete, actúa en consecuencia: cumple lo anunciado porque es digno de confianza, completa lo iniciado porque valora el trabajo. Sabe que los compromisos se asumen frente a otras personas que han confiado en su palabra.

El valor de la persona que se organiza radica para el Movimiento Scout en que ello es un reflejo de su capacidad de asumir compromisos, tanto con la tarea como en relación con las personas que están empeñadas en su logro. Quienes somos scouts respetamos la palabra dada y tratamos de hacer bien lo que nos hemos comprometido a hacer.

8. El Scout es optimista aún en las dificultades

La alegría de vivir no impide la seriedad en nuestras obligaciones y relaciones. Pero seriedad no debe confundirse con gravedad. La vida llena de alegría tiene un cierto sabor a triunfo y transmite la sensación de que se le está sacando todo el jugo posible a la existencia. Quizás sea porque la alegría es expresión de felicidad y es a la búsqueda de la felicidad a lo que consagramos nuestros mejores esfuerzos.
La alegría tampoco es reírse de la desgracia, eso sería humor vano, carcajada vacía e irresponsable. Quien enfrenta la vida con alegría comienza por reírse de sus propias pretensiones, de sus propios absurdos. Entiende que la fuerza para afrontar dificultades no nace sólo de la voluntad, ésta opera mejor si se la acompaña con una sonrisa.

9. El Scout es trabajador, económico y respetuoso del bien ajeno

Los hombres estamos llamados a continuar la obra creadora de Dios. Para ello necesitamos descubrir nuestras potencialidades y a través de ellas intervenir en la construcción del mundo. Aportar con lo mejor que podemos hacer, de un modo creativo y consciente de la diversidad de las capacidades y expresiones humanas.
Porque valoramos al ser humano y respetamos los sueños y utopías de los miles de hombres y mujeres que se esfuerzan día a día, es que los scouts valoramos el trabajo. Y porque son el resultado del esfuerzo humano, es que los scouts cuidamos las cosas.

10. El Scout es puro y lleva una vida sana

Esta última proposición de la Ley Scout, que se refiere a la integridad y a la pureza y que Baden-Poweil agregó con posterioridad a su primer texto original, no aporta en sí misma nada nuevo a las anteriores. Sólo tiene por objeto escrutar la rectitud de espíritu con que se han aceptado y se viven todas las otras propuestas.
La pureza es amar al otro verdaderamente, como sujeto, como persona, respetarlo, defenderlo, aun contra nuestro propio deseo. Amor que da y protege, amor de amistad, amor de benevolencia, amor de caridad, amor puro.